Así iba disfrazado el poeta dadaísta HUGO BALL cuando recitó su poema Karawane (1916) en una de las primeras veladas del Cabaret Voltaire. ¿Remedo de un jerarca católico?
Estimado Alfonso...
El «Conócete a ti mismo» ya contiene maldad pero no te diré nada, más observo que muchos son los que a estas alturas creen saber lo que es el buen Dios y Da-Dá, pues ambos polimorfos figuran hasta en las enciclopedias, esas mentirosas.
Católico es universal..y universal es Dadá, como universal es ese Cristo multi-biografiado que un buen día dijera: 'Yo soy la luz del mundo'. Y esto tiene mucho que ver con Da-Dá pues Dadá, como la luz del mundo para sí misma, no son nada...Pero poco puedo aclarar más de lo que dicen mis manifiestos y mis obras, cercanas a despojar todo lo inutil y pesado de la Iglesia, pues soy cristiano católico, apostólico y romano, aún cuando no sea romano y solo hable de mí mismo porque no quiero convencer a nadie...
No me queda tiempo ya...
Yo no sé, “dadaista”, si en tu ánimo está el deseo de establecer un verdadero debate, o simplemente te limitas a manifestar una serie de frases que, en algunos casos, por su cierto aire surrealista tu sabrás exactamente que es lo que quieres decir. No quiero pensar, que este asunto del dadaismo y su posición filosófica concreta de negación de cualquier orden, corriente o tradición establecida, en contra de la belleza eterna, contra la eternidad de los principios, contra las leyes de la lógica, contra la inmovilidad del pensamiento y contra lo universal (en principio para el arte, aunque tu pareces hacerlo extensivo como postura existencial), sea simplemente una excusa por tu parte para salirte por la tangente ante cualquiera de las disquisiciones que pudieran plantearse. Esa actitud abstracta de proceder no conduciría a ninguna parte y cualquier intento de debate coherente sería inútil.
Creo que no se pueden llevar las ideas contrarias hasta el extremo de mezclarlas unas con otras en un “totum revolutum”, como un revoltillo de muchas cosas caóticas, sin orden ni concierto, e intentar hacer de ello un discurso válido.
¿Qué significa “El «Conócete a ti mismo» ya contiene maldad pero no te diré nada”?
La leyenda que según la tradición estaba escrita en el frontispicio del Templo de Delfos no conlleva otra intención que dar a entender que hemos de intentar explorar nuestra realidad interior, donde se encuentra todo lo que necesitamos para poner fin a nuestro sufrimiento y alcanzar el conocimiento que nos lleve a la plenitud que todos esperamos. Y en la medida en que consigamos conocernos (y no es tarea fácil, pero eso es ya otro tema), conseguiremos las herramientas psíquicas necesarias para entender y conocer también a los demás. Ahora bien, si tu encuentras otros conceptos y definiciones diferentes, poco me aclara que me digas que dicha frase “contiene maldad pero no te diré nada más”. Sinceramente, no sé a qué te refieres.
Dadaismo y católico (universal) están absolutamente reñidos, son antagónicos, no se complementan en sus ideas y postulados. Precisamente el dadaismo es la negación de la universalidad. La “verdad” dogmática católica y el “relativismo” negacionista del dadaismo son absolutamente contrarios, irreconciliables, incompatibles.
La verdad en el catolicismo pretende ser única porque está en conexión con la singularidad y excepcionalidad de la existencia. Mejor dicho, es esta misma existencia. Sin embargo el dadaismo, prescinde de la singularidad impuesta y considera “verdades” múltiples, porque la existencia singular no está sola, sino que existe junto con otras existencias, cada una de las cuales tiene su verdad.
Cuando del reconocimiento de que la verdad es una se pasa a la afirmación de que la verdad es única para todos, se tiene el dogmatismo y el fanatismo, ya que se identifica esta única verdad con la propia verdad, que es siempre una verdad individual e histórica. La verdad de este modo se hace estática y fija, que se hace imponer con la fuerza de la autoridad. El dadaismo, apoyado en el relativismo y el escepticismo proclama que hay tantas verdades como existencias.
Si tu tendencia, “dadaista”, es despojarte de todo lo inútil y pesado de la iglesia católica (y el barroquismo bagaje añadido de siglos es monumental), podrás ser cristiano, sí, pero no católico.